Fue en aquel domingo, en víspera de año nuevo, en 1651, cuando Felipe IV, Rey Planeta, firmó la Real cédula que dio la autorización para la fundación de Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario, "con el fin de educar a la nobleza secular del reino", cuya protección dependía directamente de la corona española. 365 años después, el presidente de Colombia, Iván Duque, ha condecorado la existencia de la institución.

Con los siglos, el plantel gobernado por sus estudiantes se está quitando la casaca incómoda de ser universidad de élites, aunque persisten quienes le endilgan con rabia que es "una universidad reaccionaria". El claustro habita en una atmósfera sincrónica de tiempos conectados; el pasado vitalizado: los fusilamientos en la colonia, los almanaques de objetos antiguos. En el mismo espacio se juntan los raciocinios y las emociones de los siglos, la época colonial y la era de la información.

Entre tanto, Steven Jurado, estudiante de historia ha auscultado entre los folios y ha precisado la actuación de Tomás de Burgos, un clérigo español de quien poco se sabe; que estuvo como rector en la desastrada época de Pablo Morillo, en 1816, cuando la Universidad fue convertida en cárcel y en antesala de patíbulo de los condenados a muerte, "por los graves crímenes contra su Majestad". Gracias a los estudios de Steven Jurado, quien define al responsable de la institucion de entonces como una "persona humana y a la vez templada", sale a la luz que el rector Tomás de Burgos se preocupaba por las pertenencias del Colegio, y que también tuvo aliento a la hora de reclamar para que se pagara por los daños causados. El investigador, da cuenta que acudió a la paleografía para descifrar los escritos datados en 1816. Son dos folios en tinta apuntados a mano, en que el clérigo pide que se devuelva el plantel a la Comunidad. Al rector Tomás de Burgos le preocupaba, también, que los guardas de Su Majestad se estaban llevando, para vender en los mercados, varias cosas de la Universidad como ornamentos, libros, y cuadros.

En sus orígenes, el plantel educativo se movía entre linajes, señoríos, apellidos y un elevado sentido de la alcurnia. La Academia se jacta de sus 32 presidentes de la República, instruidos en aulas rosaristas. Desde su fundación ha sido cierta la cercanía de esta Alma Máter con el poder; así es que muchas veces, no se sabe, si Universidad del Rosario es el poder mismo.

El claustro es el potente suspiro evocador de un pasado de calles coloniales, y en 2019, la gestión de agendas hacia nuevas modalidades de la ciencia.


De Santo Tomás de Aquino a la Era de la Información


En estos patios se incubó la nueva nacionalidad que surgió entre el sentimiento patriótico, los procesos de aprendizaje científico y humanístico, y los compases de redoblantes de la violencia emprendida por España para no perder su reino. En 1809 los rosaristas tejieron el movimiento que desembocó en la primera independencia. En 1810, dieciseis rosaristas firmaron el Acta de Independencia. En 1816, la ciudad, en la reconquista hispana, se vivió la retaliación con los fusilamientos de los rebeldes. La capital presenció las ejecuciones como escarmiento y como espectáculo; coristas cantando salmos, clero en procesión con crucifijos, oficiales del estado mayor realista montados a caballo, cuidando en el desfile al suplicio, a los que serán ejecutados. ¡ Viva el Rey don Fernando VII !

Desde el viejo claustro salieron los condenados, con las solemnidades que precedían a la pena capital. Policarpa Salavarrieta, se despidió de su celda el 14 de noviembre de 1816; la mujer de la insurrección, fue llevada desde el Colegio por la Calle Real, en medio de silenciosa indignación, hasta el cadalso. Estos ceremoniales de leer la sentencia y entregar al sentenciado a la fusilería se repitieron en distintas poblaciones.

Son historias documentadas, de las que es posible saber, gracias a la diligencia de José Restrepo Posada quien en 1821, se dió a la tarea de cuidar los documentos del virreinato extinguido, la papelería de los boletines expedicionarios, la correspondencia, y las proclamas de El Pacificador. El historiador clasificó los periódicos impresos por Pablo Morillo. Por las acciones del archivista, en favor de la historia, fue posible saber sobre el paladín de España, " destinado por la Providencia, a pacificar y librar a esas tierras de quienes no han tenido otras miras que las del robo y el saqueo". Por el sentido de la historia de José Restrepo existe la relación y los registros de las cartas oficiales de Morillo, abandonadas tras la huida espantada de las autoridades españolas, tras la destrucción del ejército español por parte de las tropas al mando de Bolívar.


Los pulsos de las épocas


Hoy, Universidad del Rosario, según Carlos Roberto Reyes, Jefe de Medios ATL, en 2019, cuenta con 26 pregrados, 73 especializaciones, 37 especializaciones médico quirúrgicas, 24 maestrías y 5 doctorados.

Al final del pasillo, el Archivo Histórico, en donde se hallan los tomos encuadernados en cuero y cocidos con cáñamo, el olor a papel de antiguedad, libros preservados con avances técnicos de la gestión documental. Se guardan escritos originales. A la vista, en formato digital, el oficio en que Francisco José Caldas, con el que solicitó, cuando tenía veinte años, su ingreso a la Universidad, "habiendo terminado el curso en el Colegio Seminario Mayor de esa ciudad". De su puño y letra este la solicitud de ingreso, con la que explicó su intención de, perfeccionarse en Leyes... Una puesta a salvo de la memoria nacional, y también, de la memoria de España, en las dimensiones de su honor y de su atrocidad. Es posible encontrar toda la documentación acerca de la colección de La Gaceta del Nuevo Reino de Granada, el periódico en donde se infundía el miedo y se publicaba la lista de condenados a muerte.

Para 1815, la Universidad estaba en la corriente de explicar la vida por formas distintas al Génesis bíblico, en Europa se ahondaba en otro tipo de matemáticas: los cuaterniones de William Rowan Hamilton; los matemáticos trabajaban en el mundo en números complejos, en las paradojas de ecuaciones cúbicas, y estudiaban los sistemas atómicos y subatómicos. Los descubrimientos daban vida a renovadoras teorías del conocimiento. En 2019, el hallazgo de una libélula, el lenguaje del emprendimiento; un mundo académico que cuida el púlpito barroco, que custodia la puerta más antigua del claustro, aquella que vino de España en siglo XVI. En la época independentista los estudiantes tenían teorías revolucionarias acerca de la conformación del Estado y nuevas visiones acerca del Universo. Francisco José de Caldas dirigía el Observatorio Astronómico y había inventado el hipsómetro - instrumento para medir la altitud de un lugar-. José Celestino Mutis había bautizado en sus estudios botánicos a varias plantas en homenaje a estudiantes rosaristas, la pombea en tributo a Jose Ignacio de Pombo; Valenzuia a Eloy Valenzuela; Consuegria a Consuegra, Amaria en honor a Amar y Borbón, Espeletia como honra a JoséL Espeleta.

Entre los documentos, el aire de patíbulo del Ejército de España, y los tiempos de modernidad, en los que se internacionaliza la Universidad. Siempre con la reputación dominante del fundador Fray Cristóbal de Torres, quien tuvo la visión de crear una Universidad por fuera de la teología dominante y que fuera un plantel gobernado por los estudiantes.

Lo que se puede leer, a lo largo de este discurrir universitario, es la decisión de convertir el claustro en puntal de alto conocimiento, y esto unido a la capacidad de sus estudiantes y del Gobierno Colegial para interpretar los cambios mundiales y, en consonancia, moldear el aprendizaje en esa dirección.


Reutilización del conocimiento, libros desde el imprimatur...


¿Qué ha llevado a la vanguardia a estos estudiantes a través de los siglos?. ¿Cómo han desarrollado sus destrezas intelectuales?. Son varios los ejemplos. Es el caso. 203 años después, por casualidad, en el aula que da a la escalera por donde descendió Caldas, el Sabio, antes de su fusilamiento, un grupo de estudiantes inició a la llamada "séptima papeleta" cuya inclusión en la votación con abrumadora votación, se convirtió en el inicio para una nueva Constitución en 1991, que incluyó en la norma de normas los derechos fundamentales y dió rol participativo a la ciudadanía. Fue un desarrollo propio, que trascendió sus programas de estudio. Este podría ser un caso de trascender y de re-utilizar los conocimientos adquiridos. Las innumerales acciones de los rosaristas a través del tiempo, en diferentes ramas del conocimiento y en sus desempeños en la administración pública, conlleva a preguntas acerca del aprendizaje y de la cognición incentivada en la Universidad. Esos interrogantes llevan a encontrar, de alguna manera, respuestas a su indiscutible liderazgo.


Entre el pensamiento científico y la devoción por la Santísima Virgen


Es un tránsito entre libros incunables, a los productos de investigación del siglo XXI.

En Capilla de la Bordadita, es posible estacionarse en la polémica desatada por un cuadro, que levantó ampollas, en algunos. Todo por que un ángel llevaba el alma de un hombre negro al cielo, ( En el Nuevo Reino de Granada habìa quienes pensaban que los africanos no tenían alma y que ellos no corrresponderían, del todo, a la raza humana).

Es una institución que se traslada entre el pensamiento científico y la devoción por la Santísima Virgen. Ayer fue la botnica como ciencia hoy se estudia la tortuga marina.

Es la movilización de folios históricos al conocimiento definidor de nuevas sociedades. Cada semana se realizan certúmenes con agendas nacionales, conversatorios, presentaciones de libros, la ciencia al servicio de la sociedad, se hacen alianzas entre Universides y el sector empresarial para evaluar el comportamiento de la competitividad de ciudades y de departamentos. En ese orden, el rector Alejandro Cheyne, ha tenido meses en que prepara hasta cinco discursos de instalación de diferentes certámenes.

Yendo a los libros del Archivo histórico, se encuentran varios con el Imprimatur, o la la autorización ecleciástica para decir que no se encontraba error y que se autorizaba su publicación, " ya que no se halló alusión alguna que vaya en contra de la Santa Doctrina".

Universidad del Rosario timonéa su destino entre la historia sufriente de su ex alumno y catedrático Camilo Torres cuya cabeza fue llevada a varias cuadras de la calle principal y sus partes desmembradas y repartidas en la ciudad de entonces.

En 365 años Universidad del Rosario ha recorrido las lineas temporales que se debaten entre la medición de variables macroeconómicas; entre el recuerdo del patronato de Simón Bolìvar; y la ubicación en la era digital hasta pararse en el tiempo de la inteligencia artificial. Las directivas motivan en tiempos de modernidad a dar ojeadas de veneración a los retratos de próceres del siglo XIX.

Universidad del Rosario es un nucleo de investigación que ahonda en el análisis crítico como rasgo definidor del estudiante. La contestación es una de las formas de carácter es el caso de un estudiante que dice en público: "Que Dios quiera, con la ayuda de la Virgen de la Bordadita, que Iván Duque no siga siendo el patrón de la Universidad. Te lo pedimos Señor", y el primer mandatario, ante esa declaración estudiantil sonríe sin afectación, pues decir cosas en contra de un presidente de la República, no es ahora, cosa de pena de muerte sino de respeto por parte de las autoridades a las expresiones sociales... lo que ha sido sido, en parte, una conquista de esta universidad...

Textos y fotos: Noticias Noticias Colombia - Nelson Sánchez A -