El maestro graduado en música se despertaba en la silla de atrás del automovil en que había pasado la noche. Por el vidrio de atrás, veía el amanecer en la ciudad de Los Ángeles. Se limpiaba los ojos. Se componía un poco. Abría la puerta del Mercury Tracer 1997. Tomaba el estuche con la guitarra, ganaba la acera, caminaba calles e iba a bañarse a un gimasio.
El colombiano iría a buscar un trabajo en los estudios de la industria discográfica. Buscaba a alguien que le concediera una audición como guitarrista. Trataba de darse a conocer como productor musical. En una carpeta los diplomas de su maestría y las certificaciones de trabajo. Su capital acumulado: un trabajo de pulsar en los trastes desde que tenía cinco años, labor que empezó con la influencia de su padre. Con él aprendió a tocar la bandola, lo que se transformó en hábito de práctica permanente.
Con cuatro horas de diferencia, en Bogotá, su madre, la señora Gloria Rojas, había comenzado su aurora con los indicadores de que su muchacho de veintisiete años es un buen ejecutante, y que Nicolás, es capaz de lograr un puesto destacado. Mientras se alistaba para ir al trabajo, pensó que no en vano ha sido tanto rasgueo y que los arpegios ensayados que escuchó durante veinte años, tarde o temprano, serían parte de certámenes de talla mundial.
En beneficio de la tenacidad de su hijo, lo apoyó hasta que terminó sus estudios, lo estimuló en correrías, compró instrumentos y dispositivos cada vez más caros, porque la reciprocidad en aquella educación fue que el hijo respondía con sus ostinatos; dedo dos en traste dos, repetía el movimiento de la pua; un, dos, tres, cuatro, - no me interrumpan - con esa consagración y sin cambiar los dientes de leche, mostraría tanta resolución por ser músico; vivía sin fatigarse, pegado a la guitarra que era más grande que él, repetía ejercicios en el mástil de su guitarra, en encuentros durables y apasionados con los encordados.
Gloria, la madre, vió los créditos de su muchacho en la televisión. En 2018 le escuchó decir por teléfono, que ahora, se defendía sólo, en una de las ciudades más grandes de Estados Unidos, que había obtenido una beca en California College of Music de Pasadena en Los Ángeles. La enteró con gratitud que obtuvo el grado, le dijo además que lo del carro como dormitorio, era un recuerdo maravilloso, y que ahora, se batía solo con su guitarra, sin depender de nadie distinto a su propio trabajo, le contó, con la condición que no se hiciera un melodrama, que había ido en las horas de escacez a una iglesia en donde al final del servicio ofrecían refrigerios, y que durante un tiempo, ese había sido su más pródigo y motivante alimento.


La vida es de agudos y de semitonos, colombiano...


 

En un redondo, resolviendo entre ir a España, a aprender flamenco, o a tocar jazz, o viajar a los Estados Unidos, había dicho: "Madre, présteme dinero para comprar el tiquete". Ahora estaba parado, en la ciudad de la factoría musical y del negocio cinematográfico. Nicolás Cobo, en el botón del universo discográfico, en la civilización de festivales y de conciertos que, para su sorpresa, se realizaban en la misma fecha, y en la misma hora, todos con boletería agotada. Con seguridad, en ese emporio, habría un pedacito de mercado para un músico de Cali, que se entregó a la exigencia técnica. Las manos en el alma de la guitarra; algunos le dirán que no, en otro momento abrá una aceptación, volver al diapasón, con terca alegría, mañana le dirán que vuelva. Habría un lugar en donde rentabilizar todo lo estudiado.
La vida es de agudos y de semitonos, colombiano, y ya lo sabes, de compases graves y de compases festivos. En el camino de la legalidad en Estados Unidos, ingresó con visa de estudiante y ahora reside en ese país con permiso de trabajo renovable.
Desde el primer semestre de 2019 trabaja en One Music Studios como guitarrista de sesión y productor. Tanteando en las industrias, encontró a un venezolano, Joel Barrera, que tras escuchar al musico colombiano, le abrió las puertas para que fuera su director de producción. Allí ha trabajado con artistas doble platino, doble diamante, ha sido guitarrista de cantantes como Juan Morelli, Pio Perilla, La Pepe, Lullah, Carlos Vives.
En la actualidad es un apreciado músico de sesión en distintos estudios alrededor de Los Ángeles. Algunos de los artistas y productores con quienes Nicolás Cobo ha trabajado desde su llegada a Los Angeles son: Kalbanx (productor de J. Cole), Beatriz Solís, Seven Guzel, Daniel Brummel (Weezer), Craig Pilo (Franki Vallie), Rudy La Scala, Julia Lima (The Voice), Brittany Nicole Bowman (Green Day, Paul MCcartney) entre otros.


El triunfo de un modelo pedagógico


 

Este caleño es la vivencia exitosa de un modelo pedagógico enfocado en potenciar las habilidades de sus estudiantes. En el colegio Luis Horacio Gómez, en Cali, a lo largo del calendario escolar los alumnos aprenderían a interpretar un instrumento musical, desde tercero de primaria hasta tercero de bachillerato, los estudiantes recibían clases. Hacer, Sentir, Pensar. En el curso era materia obligatoria pasar por todos los instrumentos. La coronación de estos entrenamientos era cuando entre todos los estudiantes, conformaban una orquesta que por supuesto debía sonar ante sus familias.
Fue la manera en que los sentidos de Nicolás Cobo, se coparon de escalas que dieron forma a un pensamiento musical: "uffff amo a mi colegio".
Al finalizar su bachillerato, Nicolás se trasladó a Bogotá para iniciar su educación superior - música con énfasis en guitarra clásica - en la Pontificia Universidad Javeriana. Ahora el asunto era estudiar Teoría y Composición y aprender el léxico de la música. Accionar las cuerdas, fue y es, para Nicolás Cobo, aspirante a músico grande, un tema mayor, de educación de alto nivel. Música como experiencia de academía, música como tecnología, la nota como vibración en las pastillas y como señal eléctrica. El colombiano Nicolás Cobo hechó de su casa, ese prejuicio reinante, que dedicarse a la música puede es un asunto de drogadictos.


Quiero es esa guitarra...


 

"Desde muy pequeño, veía los videos de Bon Jovy. Me hacía comprar todos sus CDS, sus albumes, se aprendía sus canciones y siempre dijo que él quería una guitarra...inicialmente se le compró un tiple, pero cuando lo recibió manifestó que él quería era otra cosa, y me llevó a un almacén de artículos musicales. Allí me mostró lo que él quería: una guitarra electrica, ni más ni menos...Para iniciar y ante la insistencia de mí Nico decidimos con su hermana, comprarle una guitarra, no muy costosa, para ver, si en realidad, correspondía a un interés por el instrumento y su música, o, si era algo temporal... Con esa guitarra eléctrica, a la que llamo "Marujita", inició su formación y crecimiento musical". - comenta Gloria Rojas -.


El músico como teórico


 

Nicolás Cobo, es un teórico, un compilador de saberes y de ejercicios. Resulta impensable no estudiar a Jimi Hendrix, cuyas ejecuciones con la guitarra se convirtieron en leyenda sonora, un constructor de acordes que transformó la música desde 1955, que tocaba la guitarra detrás de su cabeza, que la hacia sonar con los dientes, y que sedujo a multitudes con los movimientos eróticos que le hacía con su cuerpo a la guitarra, fue el mismo que cierta vez prendió candela a su instrumento en el cierre de un concierto memorable. Habría que estudiar a Eric Clapton, y entender que por algo aparecieron letreros en las paredes: "Clapton es Dios"; habría que dejarse llevar por Paco de Lucía, habría que repasar a Richie Sambora; habría que leerse a los mejores guitarristas de todos los tiempos; habría que aprender algo de Chuck Berry; habría que hacer una conexión con B B King; habría que meterse en la cabeza los mejores solos de toda la historia; habría que aprender de George Benson; habría que estimularse con patrones melódicos de Steve Lukather.

 

Nicolas Cobo, es uno de los 1,6 millones de Colombianos que viven en Estados Unidos. En el caso de este músico colombiano cuenta su historia en un estudio en los Ángeles. Luciano Pavarotti, dijo alguna vez: "Pienso que una vida dedicada a la música es una vida bellamente empleada, y es a eso a lo que he dedicado la mía".


Textos: Noticias Colombia: Nelson Sánchez A