La señora Shu y su esposo han dedicado parte de su vida a fabricar butacos. La empresa familiar ha construido una empresa transnacional que salió desde Tainán en la isla de Taiwán. Entre los logros está haber diseñado, construido e instalado 36000 asientos para el Estadio Nacional de Beisbol de Taiwán.

La familia de fabricantes silleteros ha llevado trabajo a carpinteros en Hanoi, Singapur, Tailandia y Vietnam. La señora Shu dice: «Mi esposo es físico matemático con él llevamos 36 años de matrimonio, tenemos un hijo de 33 años. En cuanto al nombre de nuestra empresa es un homenaje a Gauss, el astrónomo, físico y alemán».

Con el apoyo de TAITRA, organismo estatal encargado de promover las exportaciones de Taiwán, la señora Chu ha hecho presencia en cuatro capitales de Sur América explorando en encuentros comerciales. Un itinerario que se suma a ferias de mobiliario internacionales. Sus antecedentes y confianza les permite presentarse como una compañía global que oferta decenas de referencias en sillas para auditorios.

Los cónyuges aspiran a abrirse paso en el mercado colombiano. La visita de la Señora Chu a Colombia se motiva en buscar clientes para su compañía.

La empresaria enseña las bondades con una oferta destinada a espacios públicos: butacas que se utilizan en auditorios, teatros, cines, salas de conciertos, escuelas, estadios o cualquier área pública.

Cuenta que recibía malas noticias de Colombia acerca de droga y de violencia pero que ha ido cambiando esa percepción. Ahora conoce que este país suramericano, tiene grandes recintos culturales y centros de convenciones, ese es un buen motivo de amistad y para exportar sus montajes, dentro de conceptos de compartir, crear y modernizar.

Entre varias realizaciones empresariales de Gauss Forniture se encuentra la dotación del Teatro Nacional de la Opera Nacional de Filipinas, y, la sala de la Academia de Ciencias de China.

Dice que su mayor familia es la de sus empleados y que junto con su esposo trabajan para que todos tengan trabajo y bienestar; «No los conozco a todos. Cuando voy a las fábricas, me encuentro con alguien que me dice, llevo veinte años trabajando con Usted, y eso me produce una gran alegría».

En Tainán cuentan con cien empleados que se desempeñan en carpintería metálica y diseño, y que trabajan en una organizado edificio de amplios ventanales, en donde los jefes dicen que combinan amor, ciencia y trabajo.