En el barrio Fontibón, en el occidente de Bogotá, existe una construcción que es réplica de la Basílica de san Pedro en El Vaticano. Por sus dimensiones es una capilla, que tiene el significado de ser panteón familiar del artista José Ignacio Castillo Cervantes, cuya tumba reposa en este sitio.
La construcción es una obra del escultor que quiso cumplir la ilusión de su madre a quien ya no podría trasladar a conocer el templo papal. La señora Teresa estaba en edad avanzada y su salud en deterioro no le permitía hacer un viaje a Europa. Entonces al artista se le ocurrió en donación de amor por su madre, dedicarse a copiar con fidelidad académica la sede papal para que ella se sintiera como si estuviera dentro de ella.
El pintor y escultor colombiano José Ignacio Castillo Cervantes, una vez regresó de Italia, conmovido por las afecciones médicas de su ser querido estudió la basílica del renacimiento que pudo terminar alrededor de 1962. Así dedicó el resto de su vida a copiar, hasta donde más pudo, los detalles de la monumental ingeniería romana en el lote familiar.
La ruta estética del artista, como su humanidad no han sido estudiados en profundidad.
En Fontibón, el maestro Castillo Cervantes puso su formación académica en los detalles de los pisos y frescos murales. La inquietud del artista se ve en varios frescos comenzados y otros apenas bocetados que no llegó a concluir. La mayor parte de su labor estética la ocupó en trabajos para familias adineradas e iglesias de Bogotá. Un trabajo suyo se localiza en el Colegio Mayor de san Bartolomé, que recogió en un mural los siglos de historia del Claustro. En la pared del pasillo de ingreso plasmó retratos del fundador hasta los estudiantes que ocuparon la presidencia de la República.
Tras la muerte de Castillo Cervantes, aquel templo familiar quedó cerrado durante décadas. Puertas adentro es también mausoleo para los restos de tres personas; el de la madre del artista, cuyos despojos se encuentran bajo el altar del presbiterio como cuidada por la imagen de un cristo pétreo que esculpió el artista y que quedó sin terminar. En otro sitio del templo está María del Carmen, tía del maestro. Entrando al costado derecho se encuentra una lápida en mármol que indica que ahí está sepultado el autor.
Templo, función social y laboratorio carcelario
En este templo, el padre Oskar Ailrio Beltrán, comunica su regocijo evangélico. Gracias a un convenio suscrito por Universidad Minuto de Dios, INPEC, Confraternidad Carcelaria de Colombia y Fundación After Prison, de la que es su presidente; ha logrado impulsar la graduación de 17 reclusos de la Cárcel Nacional Modelo. Los titulos obtenidos por los internos han sido como Licenciados en informática, Licenciados en Lenguas Extranjeras y Administradores de Empresas.
El prebítero se emociona con las imágenes de reclusos y de reclusas que en medio de un dispositivo de seguridad descienden de los carros carcelarios del INPEC. A los sentenciados les retiran las esposas. Luego se encaminan al Aula Máxima. Estarán presentes con honor en una ceremonia solemne a recibir su graduación, que es al tiempo un acto de contrición, de perdón social y de autoperdón.
El sacerdote anglicano celebra el hecho de contribuir con el grado de 17 bachilleres de hombres privados de la libertad. Es parte de su trabajo en la Fundación After Prison.
De martes a domingo, se celebra la misa. Puntual a las 6:00 pm. A veces asiste sólo una persona.
El religioso anglicano ha tenido la experiencia de persecuciones de sacerdotes católicos quienes lo han llamado «sacerdote falso». Su ordenación sacerdotal fue en la Iglesia Católica, en el año 2005. Luego, con autodiálogos y cuestionamientos internos se propuso encontrar la coherencia entre el predicar y el hacer. Desde su postura filosófica se retiró del ministerio católico. En el intervalo de su sacerdocio se dedicó a trabajar como docente gracias a su título como Licenciado en Filosofía.
A los pocos meses de su renuncia recibió una nota papal en la que le decían que aceptaban su renuncia y que a partir de tal fecha, «queda reducido al estado laical». Otro sacerdote le recibió en una casa cural como a un amigo en incertidumbres. Tras meditaciones y con la gracia de su credo en vida vistió los hábitos dentro de la Iglesia Anglicana Regina Apostolorum. Revitalizado consiguió el sitio para celebrar la Eucaristía. Llegó entonces al templo construido por Castillo Cervantes. Apenas pudo entrar abrió la capilla que nunca funcionó al público. El cura se encontró con tufaradas acumuladas de orín de gato. Entró en el patio. La maleza tenía una altura que le daba a los hombros.
Gracias un acuerdo con los sucesores del maestro José Ignacio Castillo Cervantes Oskar Alirio Beltrán habría de inaugurar el templo y darle voz al ritual. Recuerda su primera eucaristía, en 2020, (año crucial de la Pandemia Covid 19) fue con un misal antiguo y descuadernado.
Los términos de una divergencia religiosa
El párroco es sobreviviente de la intolerancia de cartas públicas descalificatorias de origen católico, varias de ellas promovidas desde la Catedral de Fontibón. Las difamaciones han sido diseminadas por el barrio. Son panfletos que piden a los feligreses que no asistan a las celebraciones de Oskar Alirio Beltrán porque, dicen sus acusadores, « que está en desobediencia al Papa». Pasando por inadvertido el hecho que la congregación dispone de la Personería Jurídica, expedida por el Ministerio del Interior, que reconoce en manera oficial a la Iglesia Anglicana Regina Apostolorum, congregación que acoge al clérigo.
La constitución de la Iglesia Anglicana data desde 1532 cuando se produjo la separación definitiva por parte del Reino Unido de la Iglesia de Roma, bajo disposiciones que fueron mezcla de razones teológicas y prácticas sangrientas emprendidas desde el trono de Enrique VIII, quien puso bajo su corona el control de la iglesia católica que antes estaba bajo la autoridad del papado de Roma.
El pequeño templo de 80 metros cuadrados, evoca a la gran basílica papal; la de Bramante, Bounarroti, y la cúpula de Fontana de 44,5 m de altura. El pequeño edificio es, a la vez, una reproducción de conflictos doctrinales. El sacerdote recuerda a una mujer fanatizada que esperaba en la puerta para advertir a la concurrencia que no volviera a entrar a ese templo porque se trataba de un sitio de «falsificación de la fe».
En ese recinto Oskar Alirio Beltrán, el presbítero, alienta su trabajo pastoral con pocas limosnas y el recordatorio de las facturas de pagos de agua y electricidad que están pendientes. Aún así se las arregla para aportar a otra obra social de la Iglesia Anglicana; el Gimnasio Moderno los Cedros de Soacha en donde se imparte formación en primaria y bachillerato para 150 jóvenes.
Mientras cuenta esto busca en el armario los ornamentos que usará... Es lunes dirá su misa para cinco personas... Su madre no ha venido hoy, con ella contaría seis asistentes en su ofertorio...
Noticias Colombia - Texto y fotografías: Nelson Sánchez A - Diseño: Jeymi Flórez -