Juntaron tres kilos de billetes con los que irían a Colombia. Son doctores en música, e igual que en su país traen sus afinaciones cultivadas en el conservatorio. Se han instalado en las calles céntricas de Bogotá. Leen las partituras y cautivan con sus acordes a los transeutes. Aprovecharon sus vacaciones en busca de la aventura. El 10 de septiembre estarán de regreso a la República Bolivariana.

El recorrido de cuarenta y ocho horas, desde Anzóategui hasta Bogotá los ha llevado a la plaza de Bolívar. Al final de cada concierto callejero, hechan mano de unas monedas recogidas y pasan al frente, a la cafetería, en donde compran su mayor descubrimiento: el pandebono con bocadillo.

Son dos profesionales de alta formación. Con posgrados y maestrías en música. El violinista, según dice, ha interpretado a Paganini. Vìctor Avendaño es también abogado. Su compañero de dueto Orlando González, es también, ingeniero de petroleos.

En principio eran siete los músicos con la idea de pasar la frontera de presentar su trabajo, de ganar un dinero y de transmitir un mensaje de unidad entre los dos pueblos. Los que se quedaron no reunieron los bultos de billetes necesarios. " A veces partir también es ayudar", dice Vìctor Avendaño.


Del mundo de los bachaqueros con amor...

Bien trajeados, flautista, violinista, y una novia, iniciaron el recorrido. Atravesaron a Venezuela de Oriente a Occidente. En avión, desde Anzóategui, cerca a Guyana, a Caracas, hasta llegar a la frontera colombiana, pasaron por el Vigia, Ureña, Colón. De ahí en un camión sin barandas hasta San Antonio. En medio de un tumulto que buscaba un sello para salir. Como vendieron las partituras y la grabadora y dictaron clases particulares, pudieron montar en bus y alimentarse durante el recorrido de catorce horas desde Cúcuta hasta Bogotá. Oyeron de Batuta, programa nacional colombiano que apoya las habilidades musicales de los niños y en el que los intérpretes buscan la oportunidad de ser escuchados en una audición con miras a una oportunidad de trabajo.

Aunque sin las visicitudes de otros connacionales los músicos forman parte del transito de millares de venezolanos hacía Colombia. El patrón migratorio está determinado por ingresar en algún país encontrar actividad económica para remesar dinero a sus familias.

Los intérpretes dejaron atrás, al menos durante las vacaciones a los bachaqueros. Los bachaqueos hacen las filas en las tiendas, controlan los primeros puestos para comprar artículos de primera necesidad que luego revenden. Un bachaquero es incontrolable para el gobierno. Él, fija los precios, y abastece, a los que no son beneficiarios del carnet de la patria, entregado por el Gobierno.


Principio de reciprocidad 


Ahora la vida es al contrario. El tema es que entre tantos venezolanos también puede haber hijos de colombianos que en el pasado viajaron a Venezuela. El representante de ACNUR en Colombia Josef Merkx, ha expuesto que se necesita un principio de reciprocidad en función, del pasado histórico común y en consideración a que Venezuela, en otras épocas recibió a cinco millones de colombianos.

Estos artistas reciben el apoyo todos los dìas basado, en la calidad de sus ejecuciones. Gracias a sus ejecuciones que atraen al público, pueden pagar el alquiler de un apartamento.

 

Esta migración hace su aportación con la expresión de su música. Otros venezolanos se insertan en el mercado laboral a través de ventas callejeras, y de oficios calificados.

Principio de reciprocidad 


Ahora la vida es al contrario. El tema es que entre tantos venezolanos también puede haber hijos de colombianos que en el pasado viajaron a Venezuela. El director de ACNUR ha expuesto la necesidad de desarrollar un principio de reciprocidad en función, no solo del pasado histórico común sino en consideración a que Venezuela, en otras épocas recibió a cinco millones de colombianos.

Estos artistas reciben el apoyo todos los días basado, en la calidad de sus ejecuciones. Gracias a ello, pueden pagar el alquiler de un apartamento y llevar una vida decorosa.

Esta migración hace su aportación con la expresión de su música. Otros venezolanos se insertan en el mercado laboral a través de ventas callejeras, y también de oficios calificados como potenciales generadores de riqueza.


No hay ciudadanos ilegales

Un fenómeno migratorio como el actual ha permitido reconsiderar conceptos como el de "control fronterizo" y revisar la imposición de bardas legales como pretexto para obstaculizar a los migrantes cuando la causa del desplazamiento es por concurrencia de conflictos de orden económico, religioso, o político. También, las visiones nacionalistas comienzan a modificarse y surge la visión humanitaria sobre otra consideración. Eso no quiere decir que Orlando y Vìctor, no hayan escuchado manifestaciones excluyentes, como "y ustedes què hacen aquí, por qué no se van para su país"

La acogida en Colombia a población del vecino país ha sido ejemplar ante el mundo y ha comprometido el avance ético en la región.

Un bogotano oye un acento, dice:

- Con que venezolanos, no?

- Si...de Anzoátegui

- Pues...bienvenido hermano y que les vaya bien aquí.

 


 

 


 

 

 

 

 

 

 

 


 Texto y Fotos:-Nelson Sánchez - Noticias Colombia -